Lo más normal del mundo, sobre todo cuando hay convivencia de por medio, es que surjan diferencias en las parejas, y que, como todos los seres humanos, se traten de arreglar discutiendo y esto conlleva el enojo. Se vale enojarse, pero sin pecar, abordando el tema con respeto y consideración y sobre todo que podamos hablarlo antes de ir a dormir para que este no se prolongue y no deteriore la relación de pareja. ¡Acompáñanos para abordar este gran tema!