La oración invita a la presencia y al poder de Dios en nuestras circunstancias y en la vida en comunidad.
A pesar de que muchos saben que esto es cierto, a menudo la oración se descuida en la práctica.
Ser constantes en la oración y aprender a orar juntos no es sencillo. Es notable que la única ocasión en la que los discípulos le pidieron a Jesús que les enseñara algo fue cuando dijeron: “Señor, enséñanos a orar” (Lucas 11:1, NVI).
Acompáñanos en este programa: “ Juntos orando al padre”
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