La presencia del Espíritu Santo produce una transformación que impacta profundamente en la vida del ser humano: la gracia santificante o deificante, que eleva nuestra naturaleza y acciones, permitiéndonos vivir en comunión con la Santísima Trinidad. Este proceso se lleva a cabo a través de las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad, las cuales preparan las facultades humanas para participar en la naturaleza divina.
Acomapaños en este programa tan especial!
¡Somos Santificarnos en pareja!