¡Cuidado con las heridas!

¡Cuidado con las heridas!, porque si las dejamos, estas pueden empeorar.  Pidámosle al Espíritu Santoque nos acompañe en la sanación de nuestras heridas, porque en el Señor y en el abrazo de la Santísima Virgen María somos capaces de sanar, perdonar y seguir adelante.